Queridos Apoderados:
Todos nosotros hemos sido sorprendidos por la pandemia del “coronavirus” (Covid-19) y su rápida transmisión, trastocando todos los aspectos sociales, religiosos, civiles, sanitarios, incluso los económicos, alterando profundamente la vida ordinaria.
Parecía que la gente vivía en un mundo perfecto e ideal, siguiendo la rutina de siempre. Sin embargo, ha bastado un pequeñísimo virus, para descontrolar todo.
Esta situación está llamando a todos a preocuparnos por los más desfavorecidos y con menos recursos; y para quienes se quedan sin trabajo. En un mundo donde prima la productividad y el consumo, todo se ha parado. Por esto, nuestro primer llamado es a ser generosos consumiendo lo justo y extendiendo la mano al que necesita. Recordemos lo que nuestro Señor dice en su palabra: “Amarás a tu prójimo como a tí mismo” Mateo 22:39.
Una segunda cosa de importancia es que esta nueva experiencia nos obliga inevitablemente a dejar de lado lo que no es aparentemente de primera importancia, para centrarnos en lo que es esencial para nuestra vida y dirigir nuestra mirada a Dios. Como Departamento de Capellanía les invitamos a considerar la comunicación, las demostraciones de amor y el ejercicio de la fe con cada uno de los componentes de su familia.
Hoy la familia toma el lugar que le corresponde y es así cómo viviremos en familia. En tercer lugar el ejercicio de la fe es necesario así nos recomienda Jesús en las Escrituras: “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” Juan 15:4-5.
Por último, sólo señalar que nuestras oraciones están con todas las familias de nuestro establecimiento, nuestra ciudad, país y el mundo. Les animamos en medio de la incertidumbre y no se olviden que en medio de circunstancias tan oscuras, hay alguien que es la luz, nuestra confianza no debe estar depositada en las capacidades humanas.
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12
Departamento de Capellanía New Heaven High School